viernes, 17 de octubre de 2008

Las vaquitas bailarinas

Y si, ya es hora de que las vaquitas comiencen a ingresar al corral, si, así - como siempre- amontonadas, apretujadas y bailando al compás de un "dale, dale Candela". "No, esperen, tienen que pagar entrada", dice un toro robusto y poco simpático. Las vaquitas mueven sus cabecitas de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, mientras mugen "mu, mu". Un humo hediondo inunda el ambiente y las lucesitas de colores contornean las figuras de toros y vaquitas de todos los tamaños, colores y sabores. Si, las vaquitas bailan "vamos, bailen", "vaquitas tomen". ¿Están siento manipuladas?, parece que sí, pero ¿por quién?: la masa. Aunque no lo crean ese es típico comportamiendo en el interior de un boliche, todos hacemos lo mismo: ridículo. Es decir, las personas creen tener el poder de elección en sus manos, pero en realidad una masa amorfa ya ha decidido por ellos. Las decisiones ya no son nuestras, están siendo manipuladas por entes ficticios, pero reales. Esto nos trajo la posmodernidad - entre otras cosas, además de la hibridez en todos los ámbitos-. Así es como nos comportamos -y como dejamos que nos traten-, ¡vacas, vacas somos!.

4 comentarios:

Mente Ridícula dijo...

Muuuu, muuu. Después me dicen a mí que soy contracultura. Me gustó el post ¡Besos!

Samara Peterson dijo...

Ja, hay que ser sumamente criticos, así son los comunicologos. Eso diría un famoso colega.

Planeta Lilliput dijo...

¡VACA TU ABUELA! Mi dieta no va a ser en vano.

Mi pregunta es: ¿no es esa la idea de los que van un boliche? Apagar el cerebro, al menos por un rato, y ser uno más de la masa. La triste realidad es que la razón molesta, a la hr. de divertirse: habla incesantemente del trabajo, de la vocación pospuesta hasta que "me salga algo", de la plata que falta para llegar a fin de mes, del chico que no te da bola, de los kilos que sobran y del espacio que falta en los pantalones que tenés puestos... Para algunos, es conveniente ser vaquita.

Planeta Lilliput dijo...

¡Muuuuuu!